Recorrido circular de unos 35 kilómetros y unos 1.100 metros de ganancia de altura, combinando pistas, senderos y carreteras menores en los municipios de La Laguna y Sanra Cruz de Tenerife.

Lo más destacable del recorrido es una primera sección que comienza con la subida a la Montaña de San Roque y finaliza en Valle Jimenez, donde vamos a rodar por pistas y senderos que exigen buen nivel técnico y una segunda sección de máxima dureza, con el ascenso por el Valle de Tahodio hasta Jardina.

En el primer tramo tendremos que superar un corto pero intenso ascenso por el sendero que nos lleva a coronar el conocido como Pico Abonero, seguido de un largo y divertido descenso por el Camino de Valle Vinagre, que finaliza en Finca España.

Tras un repecho sobre asfalto, comenzaremos un rápido descenso por una pista de tierra que se adentra en Valle Tabares, con un tramo de camino exigente que conecta nuevamente con una pista ancha que desemboca en la Carretera Rosarito.

Este tramo de asfalto con perfil descendente, nos vendrá bastante bien para recuperar el aliento antes de afrontar la segunda parte de esta sección MTB. Tras pasar el recientemente restaurado puente que pasa sobre la Carretera de Valle Tabares, nos dirigimos hacia el exigente ascenso a Montaña Guerra, una subida por una estrecha pista zigzagueante y llena de obstáculos en forma de piedras sueltas y roca madre bastante irregular.

La parte final del ascenso es más suave y permite disfrutar de las vistas desde lo más alto de la colina, justo antes de comenzar un descenso técnico por la ladera que nos lleva a un camino que transita junto al canal del norte y que conecta con el Camino Real el Toscal.

Finalizado este tramo, nos encontraremos ya en Valle Jimenez, donde seguiremos la Carretera de Los Campitos ascendiendo hasta Lomo de Las Casillas. Frente a la entrada del Parque de Las Mesas comenzaremos un rápido descenso por el Camino de La Hoya, una estrecha vía de asfalto con bastante desnivel negativo, que vuelve a conectar con la Carretera de Los Campitos justo donde comienza la localidad.

Tras un breve tramo rodando por la Carretera de Los Campitos, nos desviaremos hacia la izquierda para seguir descendiendo por Rubens Marichal López, encadenando una serie de curvas de herradura que finaliza en la céntrica Rambla de Santa Cruz.

Seguiremos descendiendo por la Rambla hasta llegar prácticamente al nivel del mar en la Avenida Francisco La Roche, donde nuestro paso será muy breve, desviándonos hacia la izquierda por la Avenida José Martí y encarando ya el tramo más exigente del recorrido, que no es otro que el ascenso por el Valle de Tahodio.

El primer tramo sobre el asfalto de la Carretera de Tahodio es bastante cómodo, pasando a ser algo más exigente a partir del Camino Real, donde el asfalto da paso a un piso de hormigón.

Según nos vamos aproximando a la presa, las pendientes se hacen más pronunciadas, lo que se complica aun más cuando comienza un primer tramo de pista muy degradada y un largo tramo de sendero que es bastante asequible a la altura de la presa, pero que se vuelve imposible desde que cruzamos el Barranco de Tahodio, hasta llegar cerca de las primeras casas.

Tocará empujar la bici o cargarla al hombro durante unos cientos de metros, pero el siguiente tramo ciclable no está demasiado lejos. Tendremos un buen tramo de sendero para rodar sobre la bici antes de llegar a la pista de hormigón que asciende hasta Jardina. Rodaremos sobre un terreno con buena tracción, pero las pendientes en este tramo son muy exigentes.

En poco más de 5 kilómetros y medio vamos a ascender unos 480 metros, resultando una porcentaje medio del 8,5%. La subida completa desde el Barrio de La Alegría tiene unos 10 kilómetros de distancia con una pendiente media del 6,6%.

Una vez finalizado el ascenso nos encontraremos en la parte alta de Jardina habiendo superado ya los tramos más exigentes de la ruta y sólo nos restará atravesar la Vega de Las Mercedes y la Vega Lagunera rodando por carreteras de poco tráfico y perfil bastante llano, hasta llegar al Parque De la Vega, poniendo así punto y final a una ruta muy variada y exigente.